El mako (Isurus oxyrinchus), también llamado moro o marrajo dientudo, es un pez cartilaginoso. Presenta un cuerpo fusiforme y delgado, su hocico es cónico y puntiagudo y la boca es estrecha. Es de color azul grisáceo con la parte del vientre de color blanco.
 
Se sabe que ha atacado a personas y es muy buscado por los aficionados a la pesca deportiva ya que es muy combativo.
 
Pertenecen a la familia de los lámnidos, a la cuál también pertenecen otras especies cómo el cailón (Lamna nasus) y el tiburón blanco (Carcharodon carcharias). Como todos estos, los makos mantienen una temperatura corporal ligeramente superior a la del medio, lo que les permite realizar una digestión más rápida. Se los encuentra principalmente en aguas cálidas de todo el mundo.
 
Tamaño 
 
Son tiburones de gran tamaño, que probablemente alcancen tallas cercanas a los 5 m, aunque normalmente no sobrepasan los 38 dm.
 
Reproducción 
 
Los marrajos son animales ovovivíparos. Guardan los huevos (entre 4 a 16) dentro de su cuerpo hasta que se rompe el cascarón y paren crías vivas. Estos pequeños tiburones miden al nacer unos 7 dm, y crecerán según su sexo hasta madurar a 1,9 metros los machos (aproximadamente unos 100 kg de peso) 2,6 - 2,8 metros y unos 200 kg en las hembras.
 
Alimentación 
 
Su dieta consiste principalmente en peces (pez espada, atunes...) y cefalópodos, pero debido a su gran tamaño y dentición son considerados tiburones peligrosos, ya que se han registrados una serie de ataques, tanto provocados como sin provocar. Es también responsable de ataques a embarcaciones (en las que en ocasiones salta en el interior). Necesita ser muy veloz porque se alimenta de atunes y caballas, peces también conocidos por su rapidez pero con su puntería en el ataque esto no constituye un problema para el mako.
 
Gran velocidad 
 
El mako es un tiburón muy activo, de fuerza descomunal y gran velocidad. Esta es cercana a los 35 km/h, velocidad que tal vez superen con creces (algunos estudios poco concluyentes que sitúan su velocidad punta alrededor de los 90 km/h).
 
Dicha combinación de fuerza y velocidad les confiere a estos animales la capacidad de saltar fuera del agua, al igual que lo hace el jaquetón, aunque en este caso no tenga cómo fin atrapar a mamíferos marinos.


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